martes, 19 de octubre de 2010

Editorialismo y ensayo

“Editorialismo y ensayo” habla de los diversos tipos de artículos de opinión que existen.

Para empezar, da la definición de “editorial”, que, según el autor De Gregorio (1966, 1979) divide en tres modos o estilos propios:

Didascálico: Su objetivo es pedagógico y autoritario, sirve para imponer su opinión respecto a un tema determinado.

Objetivo: Expone los hechos de forma neutra, sin caer en la subjetividad.

Interpretativo: Pretende suministrar al lector la mayor cantidad de datos posible con la finalidad de que el lector pueda sacar sus propias conclusiones.


En este caso, los editoriales didascálicos se encuentran obsoletos, ya que un editorial debe manifestar su opinión, pero nunca imponerla. Además, es imposible no caer en la subjetividad, ya que se trata de un artículo de opinión. Quizá el interpretativo posea un mayor grado de objetividad.

Según Piedrahita, el editorial tiende más a informar que a dictar, por lo que debe ayudar al lector a comprender la complejidad de la noticia, sin intentar formar sus propias conclusiones o prejuicios.

Respecto a la columna, Martínez Albertos afirma que “el comentario- o columna es un artículo interpretativo, orientador, enjuiciado y valorativo”. La diferencia entre la columna y el editorial consiste en que el editorial normalmente no incluye la firma del autor.

Aunque los temas que se tratan en la columna suelen ser diversos, los más frecuentes son: política internacional, política nacional, municipal, etcétera. Los columnistas son, con frecuencia, escritores especializados en materias concretas. Todo ello según Martínez Albertos.

El artículo menciona también el ensayo, al que muchos autores, como López de Zuazo, consideran “un subgénero del artículo, en el que un autor expone ideas filosóficas, científicas, religiosas, etcétera”.

Los ensayos se dividen en los siguientes apartados:
- Revistas especializadas en temas científicos
- Centrados en el periodismo diario.


Según Martín Vivaldi, el ensayo ofrece los siguientes peligros: el dilentalismo excesivo, la superficialidad, el ensayismo y hablar de todo sin profundizar en nada, entre otros. Actualmente no es así, ya que una de las características del ensayo es que debe evitar la superficialidad.

Por otro lado, el Committe on Modern Journalism, define del siguiente modo a las páginas de opinión: “la conciencia del periódico a través de la interpretación, el enjuiciamiento y el análisis de los hechos, con objeto de orientar la inteligencia y la decisión de los lectores”. Pero, según Piedrahita, esta tarea debe realizarse “sin tratar de forzar las conclusiones o prejuicios del lector”. Esto puede no ser fácil, ya que, inevitablemente, cuando el lector lee una opinión, se ve condicionado por ella. Por otro lado, no se trata de la conciencia del periódico en general (aunque está relacionada), sino exclusivamente del autor del artículo.

También deben interpretar las noticias, no limitarse exclusivamente a exponer los hechos. Según Dovifat, “la función del editorial es interpretar y valorar una noticia”.

Según William M. Pikerton, las principales funciones de la página editorial cuenta con las siguientes funciones:

1- Explicar los hechos
2- Dar antecedentes
3- Predecir el futuro
4- Establecer juicios

Sin embargo, la página editorial también cuenta con disfunciones. La Conferencia Nacional de Editorialistas confeccionó el siguiente Código especial de Ética:

1- El editorialista debe presentar hechos con honradez y sin omisiones.
2- Debe sacar conclusiones objetivas de los hechos expuestos, basándolas en el peso de la evidencia y en el concepto del bien meditado del mayor bien.
3- Nunca debe estar motivado por un interés personal.
4- Debe tener en cuenta que no es infalible.
5- Debe revisar sus propias conclusiones y corregirlas cuando se trate de conceptos erróneos.


La página editorial es un género de opinión, por lo que es inevitable que dicha opinión esté motivada por un interés personal.

Otro de los peligros es la utilización del lenguaje propio de políticos.

“Un comentario siempre es una crítica, una discriminación de realidades mezcladas”, según Piedrahita. Según Rivadeneira, no poseen el mismo significado imparcialidad y objetividad.

Actualmente, a través de los medios online (blogs, periódicos online, por ej, 20 minutos) no son sólo los escritores especializados en la materia los que manifiestan su opinión sobre los temas de actualidad. Y no tratan de convencer, pero es posible que, inevitablemente, cambie la visión de un tema en un lector (no siempre). Esto es posible saberlo mediante la sección de comentarios, donde los lectores pueden dar su opinión manifestando si se posicionan de acuerdo o no con el autor. Al pertenecer a una época “pasada”, el artículo no menciona la opinión 2.0, la cual está muy presente en la comunicación actual.

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