martes, 19 de octubre de 2010

Artículos de opinión

EDITORIAL
Crímenes machistas
57 mujeres y 12 niños asesinados rompen las estadísticas y auguran una batalla larga y difícil
Tres ataques machistas con cinco víctimas mortales (tres mujeres y los dos hijos de una de ellas) en una semana han vuelto a sacudir a la sociedad española. Con ellos, la estadística se ha disparado enterrando la esperanza que los datos de 2009 arrojaron sobre la posibilidad de que los asesinatos de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas empezara a declinar en España. Todo lo contrario. En lo que va de año ya se ha superado el número de asesinatos de todo el año pasado, lo que nos devuelve a la dura realidad de un fenómeno persistente de profundas raíces que una ley como la de Violencia de Género de 2004 no ha podido atajar por sí sola en pocos años.
En el último asesinato machista conocido, el de Tarragona, han muerto los dos hijos de la víctima, lo que eleva a 12 el número de niños que han perdido la vida en este tipo de crímenes. El resto de las circunstancias de este asesinato son las habituales: malos tratos reiterados en el pasado, silencio cómplice del entorno, perdón de la víctima y, finalmente, ensañamiento salvaje con la mujer por parte del agresor a la hora de quitarle la vida.
Es evidente que la justicia afronta complicados obstáculos a la hora de prevenir y perseguir estos delitos, de los cuales el único culpable es el propio agresor. Pero más allá de estas tragedias que asoman a los medios, la violencia de género cuenta sus víctimas por miles. Cada día, el teléfono de ayuda 016 recibe casi 200 llamadas de mujeres angustiadas. Muchas soportan durante años humillaciones y vejaciones diversas. El caso de una de ellas que terminó asesinada se juzga esta misma semana en Madrid. 800.000 menores han sido víctimas colaterales, según el Ministerio de Igualdad. Los datos evidencian que la batalla será larga y difícil; máxime en una sociedad que apenas se implica y parece descreída ante la indudable mejora social que han alcanzado ya las mujeres españolas.
Además de la aplicación de la ley, es necesario seguir desarrollando sus instrumentos, relacionados fundamentalmente con la educación, lo que solo dará resultados a medio y largo plazo. También empieza a percibirse como necesario un análisis más profundo del fenómeno. El registro estadístico de los datos es exhaustivo, pero quizá ofrece poca eficacia en la búsqueda de nuevos enfoques. Que 4 de cada 10 asesinadas sean extranjeras indica, por añadidura, la urgencia con la que el Estado debe ocuparse de estos colectivos y de sus mujeres, doblemente marginadas.
Este artículo, a pesar de que el tema que trata, no es una novedad, es interesante el hecho de que el número de víctimas por maltratos haya aumentado. Un dato a resaltar en este artículo es el hecho de que el/la autor/a de este artículo opine que el Estado no actúa con la eficacia suficiente, ya que afirma que las mujeres maltratadas se encuentran “doblemente marginadas”.





TRIBUNA: DIEGO LÓPEZ GARRIDO
La crisis exige la Unión Económica
La historia tiene estas paradojas. Avanza de forma entrecortada, a golpe de turbulencias o de situaciones críticas. La historia de la Unión Europea no es una excepción. Nació después de una gran guerra, para evitar que esta se reprodujera. Treinta años después apareció la moneda única respaldando la reunificación de Alemania y de Europa.
La recesión ha puesto de manifiesto la insuficiencia de una Unión Monetaria sin referencias económicas
Es decisiva y determinante la reunión del Consejo del 17 de junio
Y ahora, en 2010, la mayor crisis financiera que hayamos conocido está empujando a los países a aceptar lo que hace pocos meses era sencillamente inimaginable: la Unión Económica, es decir, un Gobierno de la economía de la Unión Europea, no solo de su moneda.
Estos últimos meses hemos estado en el ojo de un huracán compuesto de turbulencias financieras y de ataques especulativos. Ha sido la consecuencia de la falta de confianza en una economía productiva dañada, y también, a la vez, manifestación de un profundo recelo ante la incertidumbre sobre el proyecto de la eurozona.
Así, las crisis financiera y económica (recesión y aumento del desempleo) han originado abultados déficits de las haciendas públicas. Estos déficits han terminado por provocar una crisis de deudas soberanas que ha situado a los Gobiernos (a todos) en una cruel contradicción: el ajuste fiscal es necesario, pero frena o retarda el crecimiento que ya se atisba.
No teníamos instrumentos políticos para combatir desde la Unión esos dramáticos hechos. Solo había una forma de reaccionar: defender la moneda y el equilibrio de las cuentas públicas y, a la vez, transformar el modelo de crecimiento, para que no sobrevenga otra crisis devastadora y para preservar el modelo social del Estado de bienestar; nuestro modelo.
Tengo que reivindicar la huella española que hay detrás de lo que estamos haciendo. Al comienzo de nuestra presidencia del Consejo de la Unión publiqué un artículo titulado España propone la Unión Económica (EL PAÍS, 22 de enero, páginas 27 y 28). Situaba este objetivo prioritario como un proceso que debería haber estado en marcha desde que el Tratado de Maastricht entró en vigor en el año 1993. Decía en ese artículo (y perdón por la autocita): "Sin embargo, este proceso se paralizó y la Unión Económica no vio la luz, mientras que la que se desarrolló fue la política monetaria. Ahora es el momento, a través del Tratado de Lisboa, de recuperar la Unión Económica".
Pues bien, la Unión Europea, a lo largo de la presidencia española, ha reaccionado en esa dirección. En lo "defensivo", no permitiendo la caída de Grecia y blindando la estabilidad de la eurozona con el llamado Mecanismo Europeo de Estabilización (750.000 millones de euros), que, a la vez, ha comprometido a los Estados a aprobar planes de consolidación fiscal, de austeridad, y a realizar reformassobre los "cuellos de botella" del mercado que hace tiempo habría que haber abordado, como acaba de recordarnos Mario Monti.
Pero la Unión Europea también ha enfrentado las medidas de largo alcance, las reformas estructurales. Medidas "ofensivas" que pretenden modernizar las economías europeas y reactivarlas, para crear empleo y hacerlas competitivas en la era de la globalización, la época que ha cambiado la relación de fuerzas económicas en el mundo, no precisamente a favor de Europa.
La Unión Europea va a conseguir, en ese sentido, un triple objetivo:
1. Reformar la regulación de los volátiles mercados -el "paquete de supervisión financiera" que el Gobierno español, en nombre del Consejo, negocia con el Parlamento Europeo en estos mismos días- además de regular los hedge funds y las agencias de rating.
2. Poner en práctica una coordinación real y efectiva de las políticas económicas de los países de la UE (especialmente de la eurozona), incluyendo la disciplina presupuestaria que exigen los Tratados, de lo que se ocupa el grupo (Task Force) que preside Van Rompuy.
3. Aprobar la Estrategia de Crecimiento y Creación de Empleo (EU 2020), que esperamos lanzar en el trascendental Consejo Europeo del próximo 17 de junio, último de la presidencia española.
En este Consejo Europeo se va a dar un salto cualitativo en algo que resume todo lo anterior: la Unión Económica; la que hace casi dos décadas estamos esperando, y que ha sido traída de alguna forma por la crisis.Porque es la forma de salir de ella para no volver a caer. Es lo mejor para España, que necesita que a Europa le vaya bien.
La Unión Económica tiene un corolario inseparable: el Gobierno Económico. Es decir, un Consejo Europeo que fija y dirige la estrategia política; una Comisión que ejecuta y exige; y un Parlamento Europeo que legisla y controla al Consejo y a la Comisión.Este Gobierno Económico debe tener una dimensión exterior.
Es lo que ha de permitir ir a Toronto, al G-20, con una posición europea única en asuntos tan decisivos como el debate abierto sobre las nuevas fuentes tributarias (tasa sobre el carbono, o sobre el sistema financiero) que vengan a relevar a la era del endeudamiento público crónico y estructural, que ha tocado a su fin.
En suma, la crisis, o las crisis (la financiera, la productiva, la de las cuentas públicas) han puesto de relieve durísimamente la insuficiencia esencial de una mera Unión Monetaria sin referencias económicas y políticas unitarias.
La crisis ha debilitado nuestras economías, nuestros tejidos productivos y nuestro mercado laboral. En realidad, ha puesto a prueba el proyecto europeo. Pero no lo ha derribado, ni fragmentado. La Unión Europea ha respondido. Con lentitud a veces exasperante. Pero ha dado una respuesta europea, que ha de ser aún más coherente y segura para cohesionar más a los europeos.
Este rumbo debe ser mantenido contra viento y marea. Por eso es tan decisiva y determinante la reunión de jefes de Estado y de Gobierno del día 17 de junio.
Porque si hay algo que Europa requiere, siempre, pero particularmente ahora, es un liderazgo político que lance un mensaje firme, claro y alto -a los ciudadanos, primero, y a los llamados mercados, después- sobre la fuerza del proyecto democrático supranacional más importante que conocemos.
Lo destacable en este artículo es el tema que trata, que tanto nos afecta y preocupa a todos actualmente: la crisis económica. Es interesante conocer un punto de vista, y el hecho de que mencione las soluciones de la Unión Europea.




EDITORIAL
Europa contra Sarkozy
La Comisión Europea intenta contrarrestar la inanidad de Barroso en la cuestión gitana
La comisaria europea de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding, anunció ayer en una dura rueda de prensa que recomendará la apertura de un procedimiento de infracción contra Francia por violar la legislación comunitaria al expulsar de su territorio a los gitanos procedentes de Rumania. Con esta iniciativa, la Comisión da marcha atrás en la decepcionante condescendencia de la que hizo gala el presidente Barroso en un primer momento, y recuerda al Gobierno francés, y en particular a Nicolas Sarkozy, que el populismo electoralista a cuenta de las minorías tiene un límite en la Unión Europea.
El Ejecutivo de Bruselas ha salvado la dignidad en la misma proporción en que el francés está perdiendo la suya con una decisión tan inaceptable como esta. Porque a la discriminación de los gitanos hay que sumar las falsedades al explicar las instrucciones cursadas a las fuerzas y cuerpos de seguridad empleadas en esta operación. París defendió ante la Comisión que la política de expulsiones no se dirigía contra los gitanos en concreto, sino contra cualquier persona en situación irregular. Sin embargo, la orden del Ministerio de Interior a la policía, conocida este fin de semana y causa de la patente irritación de la comisaria Reding, fijaba a los gitanos y sus campamentos como objetivo expreso y prioritario.
Sarkozy no ha buscado combatir la inseguridad con la expulsión de los gitanos, sino disfrazarse de inflexible adalid contra la delincuencia cebándose con una comunidad marginada y sobre la que pesan estereotipos ancestrales. Es impropio de un gobernante democrático elaborar estrategias políticas y de imagen intentando instrumentalizar a su favor esa marginación y esos estereotipos, en lugar de emplear la fuerza del Estado de derecho para desterrarlos. Y eso es exactamente lo que han hecho Sarkozy y su Gobierno, convencidos, además, de que Rumania y el resto de socios de la Unión se mantendrían en la pasividad, como ya se hizo con Italia.
La respuesta de la comisaria Reding no debería quedar en un gesto aislado, sino marcar un punto de inflexión en el repudio y la condena de las medidas populistas adoptadas por los Gobiernos de algunos Estados miembros durante los últimos años. El proyecto europeo se encuentra en un momento de dificultad que deriva de las incertidumbres sobre los pasos a seguir en el futuro. Si, además, las instituciones comunes optasen por asistir indiferentes a la destrucción de sus fundamentos democráticos, la Unión perdería su razón última de ser.
Expulsar a los gitanos rumanos de Francia no es propiamente una manifestación de xenofobia, por más que ese sentimiento no haya estado ausente en la decisión del presidente Sarkozy y su Gobierno. Se trata, sobre todo, de un atropello perpetrado contra unos europeos cuya condición de ciudadanos se está colocando bajo sospecha.
Como es sabido, José Luis Rodríguez Zapatero apoyó a Sarkozy en la cuestión gitana: aprobaba la expulsión de los gitanos en Francia por parte de Sarkozy. Teniendo en cuenta que Zapatero representa a España al ser su Presidente de Gobierno, la imagen que ha dado España en esta cuestión en el ámbito internacional es la de xenofobia, al igual que Sarkozy. Este artículo demuestra lo contrario, no toda España está a favor de la expulsión de gitanos de Sarkozy, y, si este artículo lo visualiza una persona extranjera, podría lavar, en cierto modo, dicha imagen.






La colmena de 'la Milá'


La abeja reina llegó portando su propia colmena. 20 obreros que uno a uno fueron entrando en su reino.
Abejas trabajadoras de su padre y de su madre que se enfrentaban a un guión cada vez más rocambolesco donde lo único que quedó claro es que los hombres son cachas, cachas y las mujeres son rubias, rubias.Y donde el culto a la silicona y al músculo por el músculo me hizo creer en más de una ocasión que me había equivocado de programa.
Un festín de glándulas y gónadas. 10 mujeres y 10 hombres en dos casas. Separados. Sin contacto, de momento. Por un lado, una casa futurista, minimalista, gobernada por Chari, la única mujer de la casa 1 y con nueve hombres revoloteando.
Y en la otra, un solo hombre, Rubén, con sus mariposas rubias, de pelo largo, impresionantes, sin un gramo de grasa, sin una imperfección a simple vista. No quiero pensar qué ocurrirá cuando se junten. Lo de Indhira y Arturo de la pasada edición se va a quedar corto, ¿o no?.
Sí, hablo del 'edredoning' que, aunque el la casa 1 es difícil, duermen en una especie de estación MIR donde los amoríos parecen complicados de culminar, en la casa 2 todo está preparado para la cópula. Tanto es así que hasta en los edredones que cubrían las camas se podía leer 'edredoning GH'. Ya se empieza a incitar al personal.
Pero, y los concursantes. Hablemos de los hombres que a excepción de Dámaso (18 años, Toledo), Jhota (20 años, Madrid) , Anup (31 años, Las Palmas) y Eduardo (31 años, Madrid) conforman la 'crème de la crème' del músculo, de los cuerpos preparados y esculturales, de la testosterona por doquier. Incluso un modelo internacional, ex de Yola Berrocal, que responde al nombre de Yago, y que volverá a más de una loca. En definitiva, guapos, musculosos, solteros, ardientes por encontrar una fémina.
Mientras, en la casa 2, la única que incluye un jacuzzi de 12 metros de largo por 1,50 de profundidad, con decenas de chorritos, están las mujeres. Y si los hombres eran esculturales, las féminas no se quedan atrás en cuanto a curvas peligrosas.
Rubias, morenas, pelirrojas. De Venezuela, de Argentina, de Cádiz. Sin un sólo defecto. No hay bajas, no hay gordas... Son todas tan 'jamonas' que en algunos momentos del programa no sabía si estaba en la casa de GH o en 'Supermodelo 2010'.
Sin entrar a detallar la vida de cada uno (ya se les conocerá con la primera bronca o el primer rollito), los grandes hermanos 2010-2011 no parece que prometan mucho a primera vista.
Tal vez por separar a los hombres de las mujeres. Tal vez porque, como siempre, su primer contacto fue de 'todo es fenomenal', 'nos vamos a llevar genial'..., pero de momento el 'inesperado' GH que se prometía, sigue siendo más de los mismo, con la salvedad que ahora todos podrían protagonizar un 'revival' de 'Los vigilantes de la playa', versión Telecinco.
Habrá que seguirlo, porque si de verdad todos son como ellos mismos se describen, "activos sexualmente", "buscavidas", "sexies", "con mucho carácter", etc, este año la/s casa/s van a explotar.
Este artículo es interesante puesto que da a entender que, dado el lenguaje utilizado, a pesar del éxito de los realities, por su gran audiencia, existen personas que los consideran ridículos, es decir, que insultan a la inteligencia humana. Puede concienciar a la persona que lo lea de “la otra cara” de GH.







José María Navia-Osorio sigue comentando lo de los abucheos rituales dirigidos a Zapatero con ocasión del desfile en la Fiesta Nacional del 12 de octubre. Los turiferarios del régimen insisten en lo que les dice la "cartilla": que los abucheos están mal cuando coinciden con el homenaje a los caídos. Yo estaba viendo el desfile, muy lejos de la tribuna oficial, y por tanto el público ignoraba si había homenaje a los caídos. Muchas personas de toda condición (y no un grupito de exaltados) silbaban a Zapatero y gritaban "Zapatero dimisión". La protesta arreció al paso raudo de Zapatero embutido en su coche blindado. En cambio, esas mismas personas y todas las demás aplaudieron el paso del Rey y la sucesión de las unidades militares. Nadie llamó "asesino" a Zapatero. Solo pedían su dimisión, aunque algunos añadían "hijo de puta", pero esa exclamación está en el Quijote. Lo que me resulta más significativo es que los turiferarios del régimen se hayan irritado tanto con el suceso. Seguramente piensan que, si Zapatero dimite, sus ingresos como turiferarios de plantilla se verán reducidos. Entiendo que en una democracia se puede abuchear a los gobernantes sin que la cosa sea trascendente. La reacción de irritarse por tal hecho resulta profundamente autoritaria.
Don José María critica la expresión "bandera anticonstitucional" para referirse a la española con el escudo de la época de Franco. Tiene razón el de Oviedo. La bandera anticonstitucional es la republicana, que tanto se exhibe en los mítines de la izquierda. El escudo oficial es de 1981, esto es, después de aprobada la Constitución de 1978. En el texto constitucional se describe la bandera de la nación, pero nada se dice del escudo. Realmente, ese escudo, ahora oficial, es más bien el del Rey. La diferencia con el escudo de la época de Franco es que entonces se incluía el águila de San Juan y el yugo y las flechas. Ambos símbolos provienen de los Reyes Católicos y, por tanto, nada tienen que ver con Franco. En el escudo actual figuran las flores de lis de la Casa de Borbón.
Don José María (incansable, como puede verse) me transmite la sustancia de un artículo de Francisco García Pérez. En esa pieza se compara la educación actual con la que se daba en la época de los padres. Los actuales egresados de la enseñanza "no solo son ignorantes, sino que alardean de ello". Es algo que yo he comprobado muchas veces y que es contrario al tópico de que ahora tenemos en España "la generación de jóvenes más preparada de la Historia". Paparruchas triunfalistas. En las tertulias de la tele mi cofrade Agapito Maestre me ha hecho notar la notoria falta de lecturas de algunos tertulianos más jóvenes. Estamos ante la auténtica plaga de nuestro tiempo, que asola incluso a las generaciones maduras, a los profesionales establecidos. Por ejemplo, cuando uno oye hablar a Zapatero, da la impresión de que el invicto presidente no ha leído ningún libro. Hace un siglo, más o menos, los jefes de Gobierno solían escribir artículos de periódico e incluso libros.
Lo destacable en este artículo es la “justificación” de los abucheos a Zapatero, el hecho de que alguien les quite importancia, y califique de “autoritaria” la actitud de irritarse por eso por parte de los regímenes tiruferarios.



Caso Malaya, Marbella VS. Barcelona
28/09/10 | por Rafael del Barco Carreras | Sección: Opinión
Barcelona 28-09-10. “Arranca en Málaga el macrojuicio por el Caso Malaya. Este lunes comienza en Málaga el macrojuicio del caso Malaya, en el que un centenar de abogados defenderán a 100 acusados. Entre los acusados están ex alcaldes como Julián Muñoz y Marisol Yagüe así como Juan Antonio Roca y Montserrat Corulla, mujer a la que se le relacionó con Gallardón.”
La noticia del día. Aprovechando el tirón televisivo, que no tuvo el Caso Hacienda de Barcelona, tampoco el caso Pretoria, ni siquiera tiene el caso Palau de la Música, me propongo unir concomitancias para entender con lo sucedido en Marbella las muchas deficiencias en los casos barceloneses. Son los mismos delitos, y se realizan de la misma forma y manera.
En principio hacer notar que ni allí ni aquí las responsabilidades alcanzan a los estamentos superiores responsables por acción u omisión, Junta de Andalucía y Generalitat, incluso Ministerio de Hacienda. De hecho todos los acusados en uno u otros casos son gentes de segundo orden, con limitado e intervenido Poder. Cualquiera de las muchísimas operaciones y años realizándose generan impuestos y expedientes acumulándose en entes superiores o de control, por no hablar de la rumurología que convierte en conocida cualquier acción repetida demasiadas veces.
Obviando las responsabilidades políticas y penales de primer nivel, se ha de convenir que Andalucía gana a Cataluña en cuanto a rapidez judicial; cuatro años de instrucción sumarial en el caso Marbella con 95 acusados frente a 10 años con delitos de hasta hace 22 en el caso Hacienda de Barcelona con 16 acusados. Será que allí no han sufrido al fiscal jefe Carlos Jiménez Villarejo, especialista en eternizar sumarios y prescripciones a favor de unos u otros según oscuras premisas.
Me propongo comentar comparando el Caso Marbella con el Caso Hacienda de Barcelona, a pesar de sus diferencias; Marbella es un caso típico y tópico sobre podredumbre municipal que merecerá entrar en las facultades de Derecho, y el caso Hacienda de Barcelona lo es de Fiscal (incidiendo en inmobiliario y “recalificaciones”) que por la magnitud financiera, y también irregularidades en la instrucción, como mínimo merece tesis de licenciatura o doctorales, que por lo sabido se están preparando a falta de la sentencia.
Por de pronto, ni de lejos, ninguna de las recalificaciones y terrenos marbellíes conlleva un pago de 10.000 millones de pesetas de los años 90 (DIAGONAL MAR-FÓRUM que no aparece en juicio aunque sí otras compras en VILLA OLÍMPICA con dobles precios) y con un comprador John Rosillo muerto misteriosa y oportunamente en Panamá antes del juicio.
Mi intención, ya que asistí a infinidad de sesiones en Barcelona, será rellenar por comparación las lagunas que la Fiscalía Anticorrupción ha dejado; pagos sin demostrar, acusaciones sin clara intervención, prescripciones, o posibles acusados sin cuya intervención son imposibles los hechos juzgados.
Se inicia el juicio marbellí con una petición clásica, la nulidad. Los abogados dicen que por si suena la flauta, o en otras instancias sonara, piden nulidades o prescripciones. Cuestiones previas. En Marbella, o el caso Pretoria en Barcelona, las intervenciones telefónicas merecen discusión.
En cuanto a la duración del juicio; en Barcelona la nulidad por prescripción con 16 abogados incidiendo apenas si ocupó una semana, en Marbella con 100 letrados apuesto que durante un mes rondará la duda. El año vaticinado me parece muy poco a tenor de lo vivido en Barcelona, tampoco me imagino un juicio alargándose durante cuatro o cinco años batiendo el record mundial de Justicia rápida y expedita.
El caso Malaya es otro tema de actualidad, por lo tanto, no es raro que se lleven a cabo referencias al mismo. Lo interesante de ello es el hecho de que se le compare con Barcelona.

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